Contenido creado por María Noelia Farías
Entrevistas

Vamos a innovar

Entrevista a Jaime Trobo

“Con la responsabilidad de Lacalle Pou, se podrá recomponer un papel de independencia en la política exterior de Uruguay”, comentó Jaime Trobo, que dio su opinión sobre cómo se ha manejado la política exterior de Uruguay. Por Ana Jerozolimski.

22.10.2014 13:24

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2014-10-22T13:24:00-03:00
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En los últimos años de gobierno del Frente Amplio, el representante nacional Jaime Trobo, en su carácter de miembro de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados -que desde hace meses preside- se manifestó en términos críticos sobre distintos aspectos de la política exterior de Uruguay. En esta entrevista antes de las elecciones, ahondamos en el tema.

 

Diputado Trobo ¿cómo se siente faltando tan poco para las elecciones nacionales?

Con mucha expectativa, como es habitual en estos períodos, participando como una pieza más en un engranaje muy importante en el que los voluntarios toman un gran papel. Es admirable ver la disposición de la gente para cooperar en la campaña, es impactante cómo Luis Lacalle Pou ha tendido puentes con la gente joven y con ciudadanos que no son del Partido Nacional y quieren acompañarlo.

Quisiera, en esta entrevista, concentrarme en un tema en el que usted se ha especializado: política exterior. ¿Le parece que este sería un campo en el que habría mayor diferencia entre el gobierno actual y uno eventual del Partido Nacional, si llegara a ganar Luis Lacalle Pou?

No tengo ninguna duda que habrá un gran cambio. Especialmente en la actitud de la conducción de la política exterior, teniendo especialmente en cuenta la vuelta a una gestión profesional-diplomática que lamentablemente ha cedido a la improvisación política. Y digo improvisación-política, porque si bien la política debe ser un componente importante de las relaciones exteriores, estas no pueden someterse a las simpatías personales, ideológicas, o a las fobias que son todas pésimas consejeras para la conducción del interés nacional.
Lacalle Pou es un nacionalista moderno, un pragmático que tiene principios muy afirmados, y seguramente su responsabilidad en la dirección de la política exterior permitirá a Uruguay recomponer un papel de independencia, y de afirmación de los principios históricos de nuestra política exterior. La importancia que tiene, para los nacionalistas la política exterior del Uruguay, es porque la entendemos como un área intransferible de afirmación de nuestra independencia y sentido de Patria.

En realidad, habría diferencias también entre el gobierno actual y un gobierno del FA bajo la presidencia del Dr. Tabaré Vázquez ¿verdad?

El Frente Amplio ha sido vacilante en temas importantes de política exterior. Se ha alineado con intereses que no coinciden con los uruguayos, ha sido "peón" de potencias regionales para asumir posiciones muy difíciles de entender. Desconocemos en absoluto qué ha negociado y qué ha comprometido en negociaciones internacionales o con otros estados, no ha dado la más mínima participación ni información en un tema de trascendencia como es la Política Exterior. Y en la hipótesis de un tercer gobierno del Frente, que descarto, Vázquez será rehén del MPP, de las tesis de Almagro, y esto es decir mucho sobre lo que será la política exterior.

¿Cómo describiría usted la política exterior del gobierno que el 1.º de marzo termina sus funciones?

Conducida por la ideología, el amiguismo, las fobias y una gran dosis de improvisación respecto de lo que ha sido la política exterior del Uruguay a lo largo de mas de un siglo. Almagro y Mujica provocaron un daño a la lógica de nuestras relaciones exteriores y en muchos casos la pusieron al servicio de posiciones personales. Algún día sabremos cuánto y qué se prometió a cambio de campañas como la de Mujica al Nobel y de Almagro a la OEA.

¿Uruguay ha perdido su independencia en términos de política exterior? ¿El énfasis pasó a política de bloques?

Creo que sí, y si bien hay que moverse en un ambiente internacional donde los bloques operan con mucha regularidad, es necesario una orientación de la política que en cada caso preserve el interés nacional y cuide mucho nuestra independencia, así como las históricas posiciones de Uruguay que le han dado un gran prestigio.

Una de las críticas esgrimidas por quienes discreparon, contra el gobierno actual, fue que ya no siguió una línea de políticas de Estado en el área de política exterior. ¿Está usted de acuerdo?

La política de Estado supone un esfuerzo de cooperación interna, en el que el Gobierno tiene un rol de ambientar canales de información y diálogo con los demás partidos con representación parlamentaria. Esto no ha ocurrido y la muestra más reciente y más grave es que sobre el caso "Guantánamo" fuimos informados por la embajadora de EEUU y no por el canciller u otro funcionario destacado.

¿Cuáles han sido los mayores problemas? Evidentemente, lo que más incide sobre Uruguay, es la relación con Argentina...

Obviamente que la relación con Argentina es un punto crítico de mucha importancia. Pero en general habrá que revisar todas las áreas porque en muchas se han cometido errores, omisiones o se han comprometido posiciones inconvenientes.

 

URUGUAY-ISRAEL -PALESTINA

¿Y Medio Oriente? ¿Qué opinión le merece la política del gobierno del presidente Mujica, con el canciller Almagro a la cabeza de las relaciones internacionales?

Imprudente y parcial. Uruguay no ha cumplido su rol histórico de estimulante de la paz y la comprensión. Ha caído en la trampa, de los radicalismos y lamentablemente ha integrado el coro de sus apologistas. En el momento que debió ser más prudente en sus expresiones, nuestra política exterior ha arriesgado posiciones inconvenientes. No ha leído la historia o sencillamente no le ha prestado atención.

¿Cómo se debería haber actuado, a su criterio, en el tema palestino, por ejemplo?

Desde la posición de un país amigo de la paz, de la negociación, del respeto a la soberanía de los estados y rechazando las claras acciones terroristas y de acoso que sufre el Estado de Israel desde fronteras infestadas por el fanatismo. Con una buena apreciación sobre la realidad política de Palestina y la incidencia de Hamas allí, y sobre todo con responsabilidad, prudencia y recato para pronunciarse públicamente. Ni Almagro ni Mujica tuvieron en cuenta como se debe la larga historia de relación entre Uruguay e Israel.

Hablando de esto, está claro que en los últimos meses, se vivió una verdadera crisis a raíz de pronunciamientos del presidente y muy especialmente de su canciller, sobre la guerra de Israel contra Hamas en Gaza. En Uruguay se dio una ola de antisemitismo sin precedentes, que no se puede disociar de eso. ¿Cómo lo vivió usted, que no es judío pero está siempre muy atento a estos temas? O sea... ¿cómo lo captó en el Parlamento mismo, en la calle y en la sociedad en general?

Lamentablemente no me sorprendieron las declaraciones de Almagro, no he podido entender cómo razona, pero claramente lo hace de modo muy parcial hacia posiciones que no han sido las históricas de Uruguay. Me preocupa que detrás haya "intereses ocultos" de otros a los que han sido funcionales. Los términos en los que el gobierno se expresó abrieron cauce a un antisemitismo encapsulado, y la responsabilidad de un gobernante es también tener en cuenta este tipo de factores para manejar los temas. Cometieron un grave error, y por qué no decirlo, un grave daño. No escribieron los graffitis, pero los estimularon.

¿Qué cambiaría usted en la política exterior del Uruguay?

La conducción, las motivaciones y volvería a una mayor profesionalización. En el momento en que las autoridades de la Cancillería se llenan la boca con la necesidad de cuadros cada vez más profesionales para la carrera de diplomáticos, se ha puesto el interés nacional en manos de políticos de partidos o amigos ideológicos en áreas de mucha sensibilidad. Esto no se entiende, salvo como un ejemplo de improvisación.