Contenido creado por María Noelia Farías
Entrevistas

Positiva y renovada

Entrevista a Graciela Bianchi

"Voy a rendir tributo a mi formación educativa, voy a pelear por la educación, voy a tratar de estar en la Comisión de Educación y Cultura", dijo Graciela Bianchi sobre su futuro trabajo en el Parlamento. Por Ana Jerozolimski.

29.12.2014 10:52

Lectura: 20'

2014-12-29T10:52:00-03:00
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La Dra. Graciela Bianchi será una de las nuevas caras del Partido Nacional en el Parlamento. Defiende su opción con el mismo fervor con que años atrás era miembro de la Juventud Comunista. Es escribana, abogada, profesora de Historia egresada del IPA, y fue durante 18 años directora del Liceo Bauzá, lo cual, sostiene, la marcó. Tuvo un intermedio de cinco años de cargos de confianza en el primer gobierno de Tabaré Vázquez, hasta que se fue.
Es sumamente crítica del Frente Amplio y también del legado del presidente Mujica, pero de él personalmente habla con una mezcla de respeto y cariño.
El texto que publicamos es un amplio resumen de una muy extensa entrevista, en la que Bianchi analiza los problemas de la educación, cuenta sobre su cambio de bloque político de la izquierda al Partido Nacional y anuncia qué piensa hacer como parlamentaria blanca. Aburrido, parece, no va a estar.

Graciela, ¿cómo le gustaría que la presente: senadora electa, docente, ex directora del Liceo Bauzá? Conviven en usted varias identidades...

Es una sola. Soy vocacionalmente educadora. Pero debo decir que siempre me gustaron dos cosas: la educación y la política. Entendí siempre que la educación para un Estado republicano es la columna vertebral. Fui siempre muy de defender el Estado republicano con ideas que en otras épocas decíamos que eran de izquierdas, que a esta altura ya no sé que son...

CRISIS EN LA EDUCACIÓN: EL BAUZÁ, RESPONSABILIDADES... Y LOS NIETOS.

La dirección del Bauzá fue clave en su vida.

Claro, me marcó... ser directora de un liceo de mucho prestigio en un período muy complejo, donde las zonas más vulnerables de Montevideo oeste van a un edificio que está enclavado en el Prado más tradicional y aristocrático, de otras épocas, y que todavía tiene obviamente población de clase media alta hacia arriba. Pero adentro del Liceo Bauzá casi no hay alumnos del Prado, no es un liceo de barrio, es un liceo de los sectores más vulnerables. Van del Cerro, de Santa Catalina, de Belvedere, de Paso Molino.

¿Eso siempre fue así?

No, el Bauzá era un liceo de barrio cuando la educación pública en Uruguay tenía un nivel de calidad. Cuando la educación pública comenzó a perder la calidad quienes pudieron, y pueden, pagar educación privada, en el acierto o en el error, creen que están haciendo un esfuerzo por sus hijos y nietos para tener una mejor calidad. Entonces la educación pública, sobre todo en determinados barrios, pasó a ser educación para pobres.

Dijo "creen que están haciendo un esfuerzo por sus hijos..." y me pregunto si está criticando a quienes sacan a sus hijos de la enseñanza privada.

Digo "creen" porque la educación pública es la columna vertebral del principio de igualdad. Además, el principio de igualdad no es igualitarismo ni cultura del pobrismo, es igualdad de posibilidades... Pero esto va más allá de la educación, porque en la medida en que vos vas fraccionando a la sociedad y vas generando una minoría que puede acceder a una educación de calidad y una mayoría que no puede pagarla y accede a una educación que no es de calidad, estás fragmentando a la sociedad, estás estratificando a las clases sociales.

Ahora, ¿qué pueden hacer los padres? ¿Uno puede molestarse o tener algo para criticar a los padres que sacaron a la enseñanza pública de su interés porque ven que las cosas no van bien y lo que quieren es ayudar a la educación de sus hijos?

Yo eso no lo cuestiono para nada, cada uno busca lo mejor para sus hijos. Mis hijos son profesionales los dos y pudieron terminar en la educación pública, tienen 35 y 33 años, y en los últimos años ya venían con formación, con un hogar del nivel medio - medio alto cultural. Pero mi nieto tiene 16 meses y mi nuera el otro día me decía "Graciela, al público no" y me parece perfecto. "Estamos buscando", me decía, porque tenés que anotarlos con mucha anticipación en un muy buen colegio privado, de esos que los conectan con el mundo.

Ahora, ¿quién tiene la culpa? Podrá decir que el gobierno que está en funciones es el responsable... Pero está claro que los procesos son más antiguos. Y usted, como docente y directora, sin duda lo sabe...

Lo he dicho siempre. Yo me jubilé en febrero de 2013 con 42 años de trabajo en la ANEP (Administración Nacional de Educación Pública) y sé que la crisis de la educación pública en Uruguay empezó a comienzos de la década de 1960. ¿Cuál es el detonante que a mí me molesta? La palabra "culpa" no la uso, uso la palabra "responsabilidad", que se la adjudico al gobierno que voté durante toda mi vida.

De izquierda, el Frente Amplio.

Claro... Es que las primeras elecciones en las que voté fueron las de 1971 y voté al FA. En mi casa fueron fundadores del FA y siempre se fue de izquierda, nunca se votó a un partido tradicional. Vinieron escapados de (Benito) Mussolini mis abuelos paternos y maternos. A partir de 2005 el pueblo uruguayo hizo mucho esfuerzo dándole un presupuesto enorme a la educación, entonces los otros gobiernos tuvieron la enorme responsabilidad de sacarle recursos a la educación, excepto durante uno de los gobiernos...

¿Blancos y colorados?

Los colorados se preocuparon un poco más, esa cosa batllista que tienen los colorados... Durante el segundo gobierno de (Julio María) Sanguinetti fue con la reforma de Germán Rama, que fue la última reforma que se intentó, que el FA bloqueó, que los sindicatos bloquearon. Yo estaba en ese bloqueo porque entendíamos que era neoliberal, que lo que buscaba era el descenso del nivel, que lo que se buscaba era mano de obra barata para el mercado... todo el discurso de la izquierda tradicional. Rama se fue, hubo cinco años de alguien que pasó desapercibido a pesar de que estábamos en gobierno colorado, el de Jorge Batlle, y en 2005 se vino con toda la esperanza, con todos los técnicos que habíamos trabajado y nos habíamos formado... Y con mucha plata, porque el FA tuvo la suerte y además la buena gestión económica de administrar esa suerte, de coincidir con un período de bonanza económica por razones internacionales que fueron muy bien administradas desde el equipo económico del Uruguay... Pero se puso gente por cuota política, no por capacitación, no había un proyecto.
Entonces: sin proyecto, sin gente capacitada, sin liderazgo, con campos de batalla político-sindical, metieron a los sindicatos en los consejos, con lo cual existe desde ya una unión político sindical que distorsiona toda la gestión, el resultado iba a ser el que fue: pésimo.

VUELCO POLÍTICO

¿Este fue el trasfondo de su vuelco político?

Sí. Yo ya me había ido de otro lado. Cuando en 1985 volvimos a la democracia, Germán Araújo me llevó de secretaria personal al Senado. Después en 1990 la bancada de Democracia Avanzada que lideraba el Partido Comunista (PCU) me pidió como secretaria técnica, yo dije que sí pero que no me iba a afiliar al PCU. Sí estuve afiliada a la Juventud Comunista antes de la dictadura, pero yo quería mantenerme independiente.

¿Por qué?

No estaba de acuerdo con lo que pasaba con la Unión Soviética, el estalinismo nunca me lo tragué, en definitiva, seguí, hasta que llegó la caída de todo... Se cayó el muro en 1989, pero en 1991 cayó la Unión Soviética, cayó después el PCU acá y hubo unos enfrentamientos brutales. Para mi gusto era la demostración de que los buenos estaban de un lado y los malos del otro, lo cual fue un golpe muy fuerte para mí.

O sea, lo vio en términos absolutos... negro o blanco...

Tenía 32 años en ese momento y además venía con toda la ilusión de un hogar de izquierdas, donde los buenos eran los de izquierda. Me encapsulé durante la dictadura. Salgo a la vida democrática y me encuentro con una izquierda que mostró sus lados más mezquinos, como cualquier ser humano. Y entonces yo, siendo secretaria de bancada y ganando un muy buen sueldo, porque a mí me respetaron mucho siempre la formación técnica, me fui. A fines de 1992 anuncié que me iba y a comienzos de 1993 me fui del Parlamento. Pero no me fui del Frente Amplio.

¿Les explicó por qué?

Por supuesto, se lo dije al secretario general del PCU de aquel entonces, que yo quería mucho, muy abandonado, muy olvidado, Jaime Pérez. Le dije: "Jaime, ¿sabés qué? La derecha tiene un solo discurso" y dije algunos otros epítetos que nos los voy a repetir. "Nosotros tenemos varios, pero cuando las papas queman actuamos como la derecha, y voy a terminar en la derecha, entonces me voy". Preferí seguir votando al FA. Volví a Secundaria...

¿Él qué le dijo?

Se quedó muy sorprendido, me agarró las manos, porque él era muy cariñoso, y me dijo: "¿Qué te voy a decir yo? Todas las que yo pasé y de la manera en que me han vapuleando...", cosa que es la primera vez que lo digo... Él está muerto pero yo recuerdo esas palabras. Después, al poco tiempo, cuando terminó la legislatura, yo seguí viéndolo. A él y a la familia, lo dejaron muy solo.
Jaime era un ser entrañable, una persona absolutamente coherente con lo que pensaba. Él no se fue, se quedó acá. Fue torturado con cosas que él ni siquiera contó, a mí alguna vez me dijo alguna cosa y supongo que a la familia también. Cuando se cayó todo al primero que culparon fue a él porque él había intentado una renovación.

¿A qué se refiere con que se cayó todo, al PCU?

Sí, él había intentado una renovación del partido, democratizándolo, entre otras cosas haciendo documentos en contra de la dictadura del proletariado, haciendo cuestionamientos a lo que él efectivamente había sabido de la Unión Soviética .Le cayeron encima.... implosionó el PCU uruguayo. O sea, el PCU desapareció. Lo odiaban los ortodoxos y los moderados implosionaron, y se fueron acomodando, menos él, que era muy fiel a sus principios, a su ideología.

Así que, volviendo a aquella conversación mía con él... Jaime me comprendió y de alguna manera me dejó volar, porque si yo me quedaba lo hacía por él, para seguir dándole una mano a él. Es más, le seguí dando una mano en trabajos específicos pero no seguí yendo al Palacio Legislativo. Después volví a Secundaria, concursé y tomé la dirección del Liceo Bauzá en 1994. Y seguí siendo sólo votante y muy crítica, pero dije: "Bueno, vamos a ver qué gobierno..."

Porque es difícil dejar el corazoncito...

Así es... Yo tenía las esperanzas de que en torno a la figura de Astori, de los sectores moderados, se pudiera salvar al FA. Por eso seguí votándolo, por eso acepté cargos de confianza en 2005 y volví a aceptar en 2010, pero desde adentro vi otra cosa... No es el FA de 1971... Es duro soportar 45 años de militancia y después darte cuenta -podré estar equivocada pero yo digo lo que pienso- que estuviste en el lugar equivocado.

ENTRE MUJICA Y TABARÉ

¿Y el nuevo gabinete, formado por el presidente electo Vázquez? ¿Qué opinión le merece?

Considero que es un gabinete que hay que esperar porque en definitiva los que terminan gestionando, decidiendo las pequeñas cosas diarias, son los de los entes, y de ahí para abajo, los mandos medios. Siempre hablé de una disociación, que estoy convencida que existió... Yo hablé personalmente con Mujica, le pedí una entrevista y él fue a mi casa en 2011, y le dije personalmente -ya le había puesto mi renuncia- que hay una disociación entre su discurso conciliador, entre haber dicho: "educación, educación, educación", en tratar de llegar a acuerdos con todo el mundo, tomarse el trabajo de ir a hablar con una simple directora de un liceo. Obvio, yo venía peleando contra el FA desde dentro del FA y él por algo quería hablar conmigo pero digo... no lo hace cualquier persona eso. No lo hace, es de cercanía.

Está elogiando su... digamos... calidad humana.

Es muy humano, pero, ¿qué pasa? Yo lo puse por escrito en mi renuncia y se lo dije personalmente: "Hay una disociación, presidente, entre esa forma que usted tiene, el discurso que usted tiene, que yo lo creo legítimo, y la gente a la que designa".

Y él me dijo que es muy difícil... Hay quienes dicen, yo no lo sé, es un gran signo de interrogación para mí, que en realidad eso es una postura de Mujica, que en realidad él se hubiera podido imponer más, pero que en el fondo él, viendo como estaba la realidad, porque es muy pragmático, optó por poner en fila a los más radicales que a él lo obedecían y permitir un gobierno social demócrata, que en definitiva, fue lo máximo que se logró, con una inserción internacional y una política económica continuadora de la política de los 90 para tratar de juntar plata y repartir. Porque ese es su criterio ideológico. De cualquier manera, su intención es buena. A pesar de que yo no juzgo intenciones, creo que él es sano... Estará equivocado en la forma, pero él quiere que el mundo sea más solidario, con menos consumismo y más distribución.

Y él cuando se iba de mi casa, me preguntó: "¿Le puedo dar un beso, Graciela?", "Por supuesto presidente". Me agarró las manos y se le llenaron los ojitos de lágrimas, y a mí también, entonces le digo: "Fíjese que yo soy nieta de empleadas domésticas y de jardineros y tengo al presidente de la República en mi casa. Esto pasa sólo en el Uruguay, y pasa gracias a la educación pública. Defiéndala".

Hay un antes y un después de Mujica presidente, ¿no?

Sin duda.

¿Cuál es el país que deja?

Es difícil evaluarlo, creo que hay que esperar un poquitito más. Creo que no deja muchas cosas buenas, pero no porque él no lo haya querido sino porque no pudo. Porque él no es una persona que tenga una formación democrática, él no respeta el Estado.

Lo político por sobre lo jurídico...

Claro, él lo que provocó fue un caos institucional. Decir que la Constitución la hicieron los estancieros, ese tipo de mensajes populistas...Y contra los bachilleres... Eso para mí es muy negativo. Y dejó crecer demasiado a los sindicatos.

Yo soy fundadora del sindicato de profesores, soy de cuña sindical a pesar de que me desafilié en el año 2000 porque se empezaron a mezclar demasiado con lo político. Creo que el sindicalismo tiene que votar a quien tiene que votar pero no mezclar. Y les dio demasiadas alas, y ahora que vienen vientos en contra y que las posibilidades económicas del país son de más difícil administración ¡hay que bajar a la barra, eh! Está muy ensoberbecida, y no solamente la barra, cambió el electorado del FA con Mujica. Los sectores más marginales, que antes estaban representados en el pachequismo, ahora están en el Espacio 609. Ese cambio de electorado es peligroso, pero lo estamos tratando de recoger en otros lados, ahí es una de las explicaciones por las cuales yo me fui.

¿Tiene algo bueno para decir de la gestión de gobierno del FA?

Vos sabés que Luis Lacalle Pou, que es verdaderamente por la positiva, me dice: "Tenés que pensar algo positivo", y le digo: "En educación, nada". Sé que se hicieron muchas cosas en energía, que no es mi especialidad. Se trabajó muy bien en eso, por lo que dicen los entendidos, y nosotros lo compartimos porque yo escucho a nuestros técnicos. Se administró muy bien la deuda externa, con el equipo de Astori se fue bastante austero en la administración de la prosperidad. Creo que ha habido un reconocimiento de derechos, que no era demasiado forzado acá en el Uruguay con la Constitución que tenemos... El matrimonio igualitario, todo lo que se refiere a la diversidad, las políticas de género me parece genial, todos esos derechos. Pero no mucho más. Yo soy obsesiva con la República democrática, entonces...

Entonces uno podría preguntar qué hacía en el PCU...

Bueno, yo no estaba en el PCU, estaba afiliada a la Juventud Comunista. Cuando yo era joven, que tenía 18 años y voté por primera vez, me afilié a la Juventud dos meses antes del golpe de Estado, que fue en 1973. No te olvides que yo venía de una casa comunista, pero además en ese momento la posición del PCU acá, en Uruguay, era democrática. Como que de la Unión Soviética no se hablaba, si bien se dependía mucho de ella, pero bueno... Acá el PCU era un poco el que lideraba dentro de la izquierda, con los otros grupos menores que formaron el FA, el camino democrático de transformaciones. Yo me sentía cómoda porque acá en Uruguay no iban a tocar la democracia. Por algo Jaime Pérez fue el primero que salió a hablar en contra de la dictadura del proletariado. Después, cuando salí, me seguí sintiendo cómoda hasta que los conocí desde adentro del Parlamento, cuando estuve en los cargos de confianza fue peor porque ya estaban en el poder y me empecé a sentir incómoda. Y bueno... yo pedí que me dejaran trabajar tranquila en el liceo, salí de los cargos de confianza y otra vez volví al llano, tuve el apoyo de Mujica públicamente para que me dejaran trabajar, el apoyo de Astori, y sin embargo los mandos medios no me dejaron trabajar.

PARLAMENTARIA BLANCA

¿Cómo va a ser el Parlamento con Graciela Bianchi adentro?

Voy a rendir tributo a mi formación educativa, voy a pelear por la educación, voy a tratar de estar en la Comisión de Educación y Cultura.

Nadie se va a aburrir con Graciela Bianchi allí... ¿no?

No sé. Voy a pedir cuentas de muchas cosas que se prometieron a lo largo de los años y no se cumplieron. Voy a pedir cuentas de mucha gente que se enriqueció con un gobierno de izquierda y yo los conozco a todos de jovencitos y de pobres, el cambio de valores, el hacer incompatible la ética con la política, la política confortativa, el abuso de las mayorías parlamentarias, el hacer exactamente lo que nosotros dijimos que no íbamos a hacer cuando éramos minoría en el Parlamento, que yo lo viví porque en 1985 éramos tres gatos locos y nos daba mucha bronca que los partidos tradicionales nos llevaran por delante porque tenían mayorías, y nosotros la hicimos peor. Todas esas cosas, voy a pedir cuentas y además a ofrecer soluciones, a negociar. Soy muy negociadora, mucho más negociadora de lo que la gente piensa, yo me llevo bien con los sindicatos, con los sectores moderados de los sindicatos.

¿Es peleadora?

Soy muy peleadora y además me satisface, no por la pelea en sí misma. Si yo estoy convencida de algo podré estar equivocada, y lo reconozco más rápido de lo que la gente piensa, pero si estoy convencida de algo y estoy en lo correcto, soy una topadora.

No se puede de otra forma hacer política quizás.

Es muy difícil, y más en un mundo masculino. Tenés que ser topadora con tus propios compañeros. Enseguida se dan cuenta, en consecuencia no tenés que ser topadora, te respetan, pero el ganarte el lugar es un trabajo. A mí Luis (Lacalle Pou) no me fue a buscar por la cuota, a mí me fue a buscar para que presidiera el Codicen porque él estaba convencido de que ganaba.

LACALLE POU, ELECCIONES Y VICTORIAS

¿Luis Lacalle Pou va a ser presidente en las próximas elecciones?

Y, es muy probable que sí.

¿Le contagió eso de "por la positiva"?

Totalmente, a mí me sanó, me sacó el resentimiento, la bronca. Hago con mucha alegría todo lo que estoy haciendo, es un tipo excepcional y el grupo de la (lista) 404 somos todos muy amigos, es como si nos hubiéramos conocido de toda la vida. Es muy familiero, muy de cercanía, muy de acordarse de llamarte si estás mal, o ir a tu casa: "¿necesitás algo?, ¿cómo está tu familia?". Es muy cómo se muestra. Y el grupo de la 404 es muy joven, yo soy la mayor, que a veces digo que son un poco mis hijos, que son también muy wilsonistas. Porque hay una cosa que la gente no se da cuenta: Luis Lacalle Pou viene del herrerismo pero renovó el PN, la lista 71 fue la que votó menos de las tres. Las que votaron mejor fueron la 404 que a nivel nacional votó más que ninguna lista, más que la 609, que es una sumatoria de listas, y la lista 40, que es de Javier García que es wilsonista. Yo no tengo nada contra el herrerismo, vamos a entendernos.

Pero es otra línea.

Es otra línea y Luis, a pesar de los apellidos que tiene -y que los usa los dos, no los oculta, y eso es una actitud de vida: "Yo me llamo Lacalle Pou"-, está renovando enormemente, no solamente el PN, está renovando mucho la política nacional. Es un fenómeno que lleva menos de dos años. Yo considero que la elección es un fracaso pero que es un gran triunfo... No pudimos llegar a la presidencia por el PC, pero yo no le echo la culpa al PC, creo que en algo le erramos, el PC primero que nadie, Pedro Bordaberry sin ninguna duda, porque él no podía haber dejado la pata batllista afuera de la fórmula.

Aparte hace mucho tiempo ya que los politólogos, los encuestadores nos están diciendo "Ojo que Uruguay está partido en dos pero hay un 10 o 12 % del electorado que fluctúa, no tiene partido político, decide su opción en el último mes, en los últimos 10 días y hay algunos que deciden su opción en la cola del circuito". Y eso fue lo que pasó, las encuestas a boca de urna daban de 25 % a 28 % que no contestaba. A mí me tocó estar con (Pablo) Ferreri, el nominado subsecretario (del Ministerio de Economía y Finanzas), en un programa de televisión el 26 de octubre a las 19.00, cuando todavía no se habían abierto las urnas, nos estaban maquillando y me dice: "Che, hay 25 % a 28 % que no contesta, y esos pueden ser tanto para ustedes como para nosotros", y realmente lo creyó así.

Claro, pero la tendencia es a no decir que uno vota por el oficialismo.

Sí, pero las mayorías silenciosas siempre fueron blancas y coloradas, ahora son frenteamplistas, que para mí es el comienzo del fin.