Contenido creado por Agustin Zabala
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¿Por una cabeza?

El Kiki potenció durante su vida un trastorno “severo” de personalidad y una conducta disocial

Gabriela Fulco, presidenta del Inisa, sostuvo que el joven fallecido tenía un parámetro de conducta que “venía siendo igual” desde 2011, cuando fue internado.

23.02.2018 17:18

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2018-02-23T17:18:00-03:00
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La presidenta del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente, Gabriela Fulco, sostuvo este viernes que el parámetro de conducta de Cristian Pastorino, el Kiki, venía "siendo igual" desde el primer ingreso que tuvo en el sistema de reclusión adolescente, que fue en 2011 tras cometer una rapiña especialmente agravada.

Según la jerarca, para comprender la conducta del asesino de dos mujeres hay que "ir muy atrás" en su vida, y, generalmente, se debe a un daño emocional no atendido a tiempo, "y que después por rasgos de la propia personalidad va escalando".

"Como bien señaló la mamá, de alguna manera lo notaban despegado del núcleo familiar normal", señaló la funcionaria, durante la presentación de un acuerdo que permitirá a casi 200 adolescentes tener una experiencia laboral en la construcción.

"El parámetro de conducta venía siendo igual que el primer ingreso que tiene en la institución. Quiere decir que esto viene de muy atrás. Creo que eso se abona con la cotidianidad de consumo de sustancias, que potencian una personalidad disocial y un trastorno de personalidad severo", explicó la doctora en psicología.

Fulco apuntó que "lo más importante" es intervenir tempranamente en esos niños y jóvenes que ya en la primera infancia dan señales "de este tipo de comportamiento": "trastornos de conducta, rendimiento escolar descendido, violencia entre pares y con animales, dificultad para cumplir con normas básicas del núcleo familiar, irrespeto a la autoridad, y todo tipo de situaciones donde ese niño se siente autónomo y siente que se puede determinar".

Acuerdo de oportunidad laboral para jóvenes internados:

Este viernes fue presentado un acuerdo entre el Inisa, el Ministerio de Desarrollo Social, el Instituto Nacional de la Juventud, Sindicato Único Nacional de la Construcción y Afines y la Cámara Uruguaya de la Construcción, con el que se le darán oportunidades laborales a más de 250 jóvenes en la construcción.

"No solo es el aprendizaje en el oficio, sino es la sociabilización en un ambiente de trabajo, donde se arraiga un modelo de trabajador, de padre de familia, de ver cómo se pueden solucionar los problemas y predomina el diálogo", sostuvo Fulco, destacando la oportunidad de estos jóvenes.

"Nadie se puso en el lugar de ellos en momentos difíciles, como en su desarrollo de la vida. Con procesos de victimización, que han sido severos y lo san marcados. Esta sociabilización con los trabajadores de la empresa es importante. Muy importante. Es una tabla, un salvavidas de donde agarrarlos", agregó. 

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