Diputados heridos y caos dentro y fuera del Congreso argentino, que debía votar reforma jubilatoria

Este jueves los diputados argentinos deberían haber debatido y votado la reforma jubilatoria impulsada por el gobierno de Mauricio Macri. La reforma, que es rechazada por varias organizaciones sociales y políticas argentinas, ya tiene media sanción del Senado y el oficialismo esperaba cerrar hoy la discusión.

Sobre las 14 horas diputados intentaron salir del Congreso a realizar un "abrazo simbólico" contra la reforma, lo que fue impedido por las fuerzas de seguridad, que se agolpaban en los alrededores del edificio legislativo.

Una de las diputadas opositoras del Movimiento Libres del Sur Victoria Donda denunció que la Gendarmería golpeó y reprimió a legisladores. "La fuerza de seguridad no nos dejó pasar al Congreso a hacer un abrazo simbólico. Cuando le quisimos explicar eso al jefe del operativo me tiraron los perros encima, me dieron patadas. Voy a tener que ir al hospital por el golpe", dijo. Ya dentro del Congreso, Donda se mostró con muletas y arremetió contra la legisladora oficialista Lilita Carrió que se "ponga en el lugar" de "sus compañeros heridos".

Fuentes del FpV-PJ informaron a EFE que, en los incidentes, la Gendarmería "dejó inconsciente" al diputado de la formación Matías Rodríguez "por un golpe en la cabeza" y a la legisladora Mayra Mendoza "le tiraron gas pimienta en la cara".

"Lo que hicieron ayer y hoy con los operativos represivos es inaudito. Nunca el congreso vivió el estado de militarización de hoy", remarcó Rossi.

Mientras tanto, el oficialismo intentaba conseguir el quorum para iniciar la discusión y votación de la reforma. Esta espera, que se dio entre gritos, acusaciones de ambas partes, parecía culminar cuando el presidente de la cámara dio el visto bueno del quorum, mientras los opositores denunciaban la presencia de "dipu-truchos".

Finalmente, la votación no se dio. A pedido de la diputada oficialista Carrió, que dijo que "en este clima de violencia dada por los manifestantes y los opositores", se levantó la sesión. "Les pido a los diputados que no arremetan contra las fuerzas de seguridad", también agregó Carrió.

Afuera, un fuerte despliegue de seguridad hizo de telón para el enfrentamiento entre manifestantes y funcionarios policiales. Durante estos últimos días, varias organizaciones, gremios, sindicatos convocaron a manifestarse frente al Congreso para rechazar la reforma. La convocatoria también contó con la presencia de Abuelas de Plaza de Mayo.

Hubo balas de goma, gases lacrimógenos, pedradas y personas detenidas y lesionadas.

Luego de conocerse que la sesión se levantaba, las fuerzas de seguridad iniciaron el proceso de "desconcentrar" el Congreso; en ese momento, hubo más enfrentamientos.

El Jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, dio una conferencia de prensa en nombre del gobierno argentino. Durante sus minutos, el jerarca enfatizó en que la violencia fue iniciada por "funcionarios" y gente que responde al kirchnerismo. "La búsqueda fue clara desde la calle y luego desde el propio recinto, cruzando una raya que no se había cruzado, convirtiéndose en piqueteros en la Cámara", dijo Peña y llamó a "la minoría" a respetar la mayoría.

"Tienen que tener la dignidad de debatir y la dignidad de saber perder cuando no son la mayoría", agregó. "Sería muy triste para la democracia que un grupo de violentos suspendan la votación Estamos convencidos que este proyecto es bueno, y que refleja la mayoría de las voluntades del Parlamento", sostuvo. 

La discusión sobre la reforma se centra en el cambio de fórmula para calcular los aumentos de haberes jubilatorios.

Mientras la actual ley establece un ajuste semestral en base a una mezcla entre la recaudación de la Seguridad Social y la variación salarial, el mecanismo que propone el Gobierno fija que será trimestral y se calculará entre la inflación y los aumentos de sueldos.

La Central de Trabajadores de la Argentina había convocado para la jornada un paro general acompañado de una movilización a las afueras del Congreso en repudio a la reforma, al tiempo que la Confederación General de Trabajo, principal central sindical del país, había convocado un paro el viernes si la reforma era aprobada.