Contenido creado por Laura Meléndez
Salud

Mujer flaca

Un estudio vincula la enfermedad celíaca y la anorexia

Las probabilidades de recibir un diagnóstico del trastorno alimentario son mayores en las personas con intolerancia al gluten.

06.04.2017 08:53

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2017-04-06T08:53:00-03:00
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Investigadores suecos encontraron que el riesgo mayor para estas mujeres estaba presente tanto antes como después de su diagnóstico de enfermedad celíaca. La enfermedad celíaca es un trastorno digestivo en el que una persona no puede tolerar el gluten, un componente del trigo, el centeno y la cebada.

Los motivos del vínculo no están del todo claros y el estudio, publicado en una reciente edición online de la revista Pediatrics, no demostró que la enfermedad celíaca provoque la anorexia. Pero algunos médicos estadounidenses dijeron que no se sorprendieron por los hallazgos, según consigna HealthDay.

"Creo que muchos de nosotros somos conscientes de que existe la posibilidad de que los pacientes (celíacos) desarrollen un trastorno de la alimentación", dijo la doctora Hilary Jericho, profesora asistente de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago. Jericho es especialista en el tratamiento de la enfermedad celíaca.

Explicó que dado que la enfermedad requiere una atención cuidadosa a la dieta, algunos pacientes podrían terminar llevando esas restricciones alimentarias "demasiado lejos".

Por ejemplo, dijo Jericho, podrían tener miedo a que sus síntomas regresen si comen la comida equivocada, y volverse muy rígidas con respecto a su dieta.

"Sí ocurre", comentó el doctor Neville Golden, jefe de medicina adolescente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. "Eso es cierto no solo con respecto a la enfermedad celíaca, sino con otras enfermedades que requieren restricciones dietéticas, como la diabetes tipo 1".

Golden, que escribió un editorial publicado con el estudio, apuntó a otra posible explicación para los hallazgos: a algunas mujeres con la enfermedad celíaca se les podría diagnosticar erróneamente anorexia al principio.
La enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune, y las personas celíacas deben seguir una dieta libre de gluten, para prevenir que el sistema inmunitario ataque al intestino delgado.

Aunque la enfermedad celíaca es muy distinta de un trastorno de la alimentación, tiene ciertos síntomas en común con la anorexia. Ambas pueden provocar pérdida de peso, fatiga, hinchazón abdominal y, en niños, un crecimiento deficiente y el retraso de la pubertad.

"Diagnosticar la anorexia no siempre es fácil", dijo Golden.

Esa es la razón por la que el diagnóstico debería contar no solo con un profesional de la salud mental, dijo, sino también con un pediatra u otro médico que pueda ayudar a descartar las afecciones de salud física.

La investigación del pasado ha apuntado a unas conexiones entre la enfermedad celíaca y la anorexia, pero esos estudios han sido pequeños.

Así que el nuevo estudio examinó los registros nacionales del sistema sueco. Los investigadores pudieron analizar los expedientes de casi 18 mil mujeres a las que se había diagnosticado definitivamente la enfermedad celíaca mediante una biopsia del intestino delgado.

Luego compararon a esas mujeres con más de 89 mil otras a las que nunca les habían diagnosticado la enfermedad celíaca.

La gran mayoría de las mujeres con la enfermedad celíaca no tenían un diagnóstico de anorexia, encontró el estudio. Aun así, su riesgo fue mayor que la norma.

En general, las mujeres con la enfermedad celíaca tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticadas luego con anorexia, incluso después de tomar en cuenta factores como la edad y el nivel educativo.

También tenían unas probabilidades más altas de recibir un diagnóstico de anorexia antes de que le detectaran la enfermedad celíaca.

El vínculo más firme se encontró entre las mujeres cuya enfermedad celíaca les fue diagnosticada antes de los 19 años. Sus probabilidades de tener un diagnóstico previo de anorexia fueron 4,5 veces más altas que las del grupo de mujeres sin la enfermedad celíaca.

Según Golden, "eso implica un diagnóstico erróneo inicial".

Jericho se mostró de acuerdo en que esa es una posibilidad. Aunque aportó otra posibilidad: las mujeres de este estudio recibieron el diagnóstico de enfermedad celíaca entre 1969 y 2008. Y hace unos años, la enfermedad celíaca estaba poco reconocida.

"Ahora hay mucha más concienciación, y los médicos son más propensos a pensar en ella", dijo Jericho.

Más allá de eso, dijo, mantener una dieta sin gluten es más manejable ahora que hace años, con más opciones disponibles en los supermercados y en los restaurantes. Eso podría reducir parte del estrés y la ansiedad que puede conllevar un diagnóstico de enfermedad celíaca, explicó Jericho.

Jericho dijo que ella y sus colaboradores están estudiando en la actualidad los niveles de ansiedad y depresión, además de las "habilidades de afrontamiento", en pacientes con la enfermedad celíaca.

Por ahora, Jericho sugirió que si los pacientes celíacos (o sus padres) tienen la sensación de que sus restricciones alimentarias se han vuelto malsanas, deberían hablar con su médico.