Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Comete la pastilla

La aspirina puede ser tan buen anticoagulante como fármacos mucho más caros

El clásico ácido acetilsalicílico probó sus bondades tras casos de reemplazo de cadera y rodilla.

01.03.2018 15:53

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2018-03-01T15:53:00-03:00
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Montevideo Portal

La aspirina de siempre es igual de efectiva que unos medicamentos más recientes y más costosos para la prevención de los coágulos sanguíneos tras un reemplazo de cadera o de rodilla, sugiere un nuevo ensayo clínico.

Los investigadores dijeron que los hallazgos podrían cambiar los hábitos de emisión de recetas de algunos médicos.

Tras una cirugía de reemplazo de rodilla o cadera, hay un riesgo de coágulos sanguíneos en las piernas o en los pulmones. Por tanto, los pacientes toman anticoagulantes durante cierto tiempo tras la cirugía de forma rutinaria.

Ahora mismo, algunos médicos eligen unos anticoagulantes potentes como dabigatrán (Pradaxa) y rivaroxabán (Xarelto), indicó el Dr. David Anderson, investigador principal del nuevo ensayo, según informa HealthDay News.

Pero no ha estado claro si esos medicamentos recetados costosos superan en algo a la aspirina, que es barata y está fácilmente disponible, explicó Anderson, de la Universidad de Dalhousie, en Halifax, Canadá.

Basándose en los nuevos hallazgos, no la superan.

Pocos pacientes del estudio desarrollaron un coágulo sanguíneo tras la cirugía, y a los que tomaron aspirina les fue igual de bien que a los que tomaron rivaroxabán.

La salvedad, según Anderson, fue que todos los pacientes del estudio recibieron rivaroxabán los primeros cinco días tras la cirugía. A partir de entonces, siguieron con el fármaco o cambiaron a la aspirina durante 9 a 30 días.

"A partir de este estudio, no tenemos evidencias para respaldar el inicio de la aspirina desde el primer día", comentó Anderson.

Pero tras el quinto día, añadió, "es muy razonable pensar en cambiar a la aspirina".

En los últimos 10 años, los cirujanos ya han estado cambiando de los anticoagulantes potentes a la aspirina y a otras opciones no farmacológicas para evitar los coágulos, apuntó el Dr. Alejandro Gonzalez Della Valle.

Gonzalez Della Valle es especialista en cirugía de cadera y rodilla en el Hospital de Cirugía Especial, en la ciudad de Nueva York.

Dijo que actualmente los pacientes tienen un riesgo general bajo de coágulos sanguíneos tras un reemplazo de cadera o rodilla, por varios motivos. Éstos incluyen unas cirugías de menor duración, y el uso de anestesia regional en lugar de general.

Los coágulos también se pueden prevenir al mejorar el flujo sanguíneo en las piernas de los pacientes inmediatamente tras la cirugía. Entonces, lograr que los pacientes se pongan de pie y se muevan pronto es clave, explicó Gonzalez Della Valle. De forma similar, se pueden utilizar unos dispositivos de compresión neumática para fomentar el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores mientras los pacientes están en las camas de los hospitales.

En la mayoría de personas, aseguró Della Valle, esas medidas más una aspirina en dosis baja son suficientes.

Pero añadió que a ciertos pacientes con un riesgo alto de coágulos sanguíneos quizá les vaya mejor con un anticoagulante. Una persona que ha sufrido coágulos sanguíneos en el pasado sería un ejemplo.

En el nuevo estudio participaron más de 3,400 pacientes que se sometieron a un reemplazo de cadera o rodilla en uno de 15 hospitales canadienses. Todos tomaron rivaroxabán (una pastilla una vez al día) durante cinco días. Después, se asignaron al azar a seguir con el fármaco o a cambiar a una aspirina en dosis baja (81 miligramos al día).

Los pacientes de reemplazo de rodilla tomaron el medicamento durante 9 días. Los pacientes de reemplazo de cadera lo tomaron durante 30 días.

A lo largo de tres meses, poco más de un 0.6 por ciento de los pacientes que tomaron aspirina desarrollaron un coágulo sanguíneo de suficiente gravedad como para provocar síntomas. Lo mismo sucedió con un 0.7 por ciento de los pacientes que tomaron rivaroxabán, según el informe.

Un riesgo de cualquier anticoagulante es que provoque sangrado, por ejemplo en el estómago, o en el cerebro.

En este ensayo, más o menos un 1 por ciento de los pacientes en ambos grupos tuvieron una complicación de sangrado. En todos los casos, fue un sangrado en el lugar de la cirugía, reportaron los investigadores.

Entonces, ningún fármaco superó al otro, pero la aspirina presenta algunas ventajas obvias, dijo Anderson.

"No requiere receta, y es barata", dijo.

¿Y qué hay de la gente que ya tomaba una aspirina en dosis baja antes de una cirugía de reemplazo de cadera o rodilla?

En el estudio, a esos pacientes se les duplicó temporalmente su dosis usual de aspirina tras la cirugía. Pero Anderson dijo que no hay evidencias de que eso tuviera una mayor efectividad en la prevención de los coágulos.

"Nuestra recomendación sería que esos pacientes vuelvan a su régimen usual de aspirina, en lugar de duplicar la dosis", planteó.

En general, dijo Gonzalez Della Valle, los pacientes que se enfrentan a una cirugía de reemplazo de cadera o rodilla deben hablar con el cirujano sobre su riesgo personal de coágulos sanguíneos, y qué medidas se tomarán para reducirlo.

El ensayo fue financiado por el gobierno canadiense. Los resultados aparecen en la edición del 22 de febrero de la revista New England Journal of Medicine.

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