Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Que parece estar quebrado

El Mundial del lado de los derrotados ¿Cómo superar la frustración?

Un psicoterapeuta analiza el “duelo futbolístico” tanto en hinchas como en jugadores.

13.07.2018 17:26

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2018-07-13T17:26:00-03:00
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Montevideo Portal

A partir de los octavos de final del Mundial, el pitazo final marca una división de la historia. De un lado estallan los festejos, y del otro queda un equipo -y detrás un país- que debe encajar la idea de la derrota.

Tal como demuestra la imagen de arriba, el llanto puede surgir entre niños adultos, entre profesionales y aficionados. Unos y otros deben poner punto final a un sueño y prepararse para apurar el trago amargo.

Las expectativas sobre el equipo, el patriotismo trasladado al deporte y la rapidez con la que todo ocurre, son algunos de los elementos que pueden transformar un partido mundialista en un escenario de decepción.

Vasco Catarino Soares es portugués, psicoterapeuta, autor del libro "Ejercite su cerebro" y director de la clínica lisboeta Insight-Psicologia. En una reciente entrevista al medio local "Diário de Notícias", se refirió al modo en que la derrota afecta a jugadores e hinchas, y aconseja a los más pequeños -y a sus padres- sobre cómo "regresar" de las ilusiones rotas.

Para Soares, existe "una respuesta global" que escuadra tanto a los aficionados como a los jugadores, y es la de "reaccionar con tristeza y frustración ante algo que se desea desde hace mucho tiempo y no se concreta". A ese respecto "se puede cuestionar si ese deseo era asequible, razonable, o no. Pero más allá de eso, es una frustración para quien lo creía posible", explica.

Ese tipo de respuesta "es individual y depende mucho de la estructura psicológica de cada uno: algunos reaccionan con tristeza -pueden llorar o no- otros con furia -pueden buscar culpables- y otros lo hacen con espíritu deportivo, aceptando que en un juego hay vencedores y vencidos".

¿Deberían los jugadores, en tanto que profesionales de ese juego, estar en un escalón diferente en cuanto a ese tipo de reacciones? No necesariamente. Para Soares, el término profesional puede tener a veces el sentido de "apartado de las emociones o inmune a ellas". Sin embargo, nadie es de piedra.

"En realidad, y a pesar de estar más acostumbrados a las derrotas, algunos jugadores lloran en estos casos", expresa el profesional, detallando que estos episodios de llanto son más frecuentes "en las competiciones internacionales, y no en torneos como el local, que duran un año".

En competencias singulares como el Mundial, hay elementos extra que pueden influir en la respuesta de los futbolistas ante la derrota.

"Los jugadores son preparados para dar todo por la victoria en un lapso muy corto. Este tipo de preparación es exactamente lo opuesto a la necesaria para aceptar una derrota y la consiguiente eliminación. Es un hecho que aceptamos mejor algo cuando se lo despoja de su carácter emocional. Sin embargo, esta aceptación también retiraría una energía y carga emocional que los entrenadores saben que es un elemento motivacional muy importante, y que puede hacer la diferencia en la cancha", refiere.

Por eso, la presencia de psicólogos o profesionales del "coaching" en este tipo de escenarios es frecuente en la alta competencia, y "tiene que ver con obtener y aprovechar las mejores formas de superar dificultades, adversidades y dilemas personales".

En el caso de los "ciudadanos de a pie", Soares destaca la importancia de trabajar en familia con los más pequeños. Por ello, lo deseable es que, ante la derrota, los adultos que están cerca de ellos "tengan una reacción normal, dejando claro que se trata de un juego y que el deporte es algo para disfrutar. Pueden ponerse tristes, pero no como si el mundo y la vida se fueran a terminar".

Para el terapeuta, es importante que los niños aprendan desde temprano a manejar la noción de frustración, "saber aceptarla, sin que es signifique claudicar".

"Hay acontecimientos que no controlamos y que pueden desagradarnos, pero sobre los que no podemos hacer nada. Podemos fallar, podemos no haber hecho todo lo que estaba a nuestro alcance. En esos momentos vale la pena no rendirse e intentar hacerlo mejor. Es ahí donde debemos aplicar nuestra energía", manifiesta.

"La noción de la derrota -que en el caso de un niño puede asociarse con no tener un juguete, no poder comer una golosina o que los padres no le permitan jugar con el celular- lo ayudará a ser un adulto mejor", concluye.

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