Contenido creado por Manuel Serra
Julián Kanarek

Julián Kanarek

Tomar impulso, desde la inteligencia

Innovaciones que involucran organizaciones y ciudadanos deben motivar a la comunicación para ser parte de transformaciones en las ciudades. Por Julián Kanarek.

27.11.2017 12:58

Lectura: 4'

2017-11-27T12:58:00-03:00
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Un ómnibus autónomo, una solución de parking inteligente, el uso de energías renovables, la utilización de la datos para mejorar los trayectos en el tráfico, contenedores que premian la participación ciudadana en el proceso de reciclaje y hasta un jardín inteligente son alguna de las propuestas que pude encontrar en el Smart City Expo World Congress que se llevó a cabo días pasados en Barcelona. Un evento que nuclea a los más expertos expositores en la temática, a las ciudades y gobiernos que aplican prácticas de inteligencia artificial. Pero sobre todo a los proveedores de insumos innovadores que optimizan los indicadores de las ciudades creando mejores experiencias citadinas, una nueva forma de vivir las urbes para sus máximos protagonistas: los ciudadanos.

Más de 18.000 personas participaron de un evento de innovación en el que, los más importantes actores del mercado muestran lo que producen, y de qué manera empujan a los tomadores de decisión a mejorar los servicios. Uruguay, con un gran esfuerzo público privado, participó con un stand mostrando alguna de las innovaciones que, desde el área de Ciudades Inteligentes de la Intendencia de Montevideo se están utilizando hoy y desarrollando a futuro.

Los ingenieros, y su industria tecnológica, está continuamente pensando en experiencias que determinen un mejor relacionamiento diario de los ciudadanos con su territorio y en optimizar los indicadores de las gestiones de quienes dirigen políticamente estas urbes. Esta es una tarea no menor ya que, según Naciones Unidas, más del 54% de la población mundial vive en ciudades y mejorar tanto su funcionamiento como sus indicadores en torno a la calidad de vida de sus habitantes impacta directamente en el desarrollo humano de gran parte de la población del planeta.

Un espacio creciente dentro de esta "neo disciplina", que es la inteligencia artificial aplicada a la gestión, es la utilización de datos para optimizar los indicadores en diferentes áreas. El tránsito de personas, la seguridad, el tráfico vehicular así como el tipo de productos que consumimos dejan un rastro de datos que permiten planificar el impacto que tendrán nuestras decisiones en las urbes, y dan pistas sobre las medidas necesarias para capitalizar lo mejor de las conductas humanas y corregir aquello que hacemos mal.

Empujados por algoritmos, interacciones, sensores, cámaras y toneladas de datos numéricos, los comunicadores nos vemos interpelados a repensar las relaciones entre estas grandes instituciones que son las ciudades con sus ciudadanos, quienes aprehenden aptitudes de comportamiento mucho más rápido de lo que creemos.

Los datos nos brindan una serie de insumos que nos permiten conocer mucho mejor a los individuos que serán receptores de nuestras políticas de comunicación. Nos permiten saber qué recorridos prefieren, a qué hora se mueven, cuáles son sus hábitos de esparcimiento, su conducta cívica y hasta su estado de ánimo en torno a sus conciudadanos, hacia las instituciones y los gobernantes.

La clave cuando se habla de Smart Cities es innovación, transformación. Ciudades en cambio constante, en un cambio que pone al individuo en el centro.

Los comunicadores tenemos un reto en nutrirnos de todo aquello que está produciendo la industria de la innovación y las nuevas tecnologías. Potenciar los vínculos que se generan entre instituciones, gobernantes y ciudadanos a partir de estas invenciones. Pero tenemos uno aún mayor que es el de ser parte del movimiento, ser creadores de estas innovaciones para mejorar esos vínculos.

Así como la comunicación en política y gobierno debe estar en el centro de la gestión, la comunicación como disciplina debe estar en el lugar donde se gesta la innovación que cambia la manera de transitar e interactuar con los territorios de los habitantes. Debemos aprender de estas industrias e innovar desde la comunicación pensándonos en el futuro como participes, junto a ellos, de las transformaciones profundas de las experiencias ciudadanas.

Por Julián Kanarek