Contenido creado por María Noel Dominguez
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Italia, un país sin izquierdas

Italia, un país sin izquierdas

Esta es una columna que tiene que ver sobre todo con Uruguay, aunque se base en las experiencias y conversaciones realizadas en Italia. Yo sigo la política italiana desde hace muchos años y por razones comprensibles.

26.09.2017

Lectura: 7'

2017-09-26T00:24:00-03:00
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Una de ellas es porque en este país, la izquierda y en particular el eurocomunismo alcanzó a ser el principal partido comunista de todo el mundo occidental.

Durante un cierto tiempo una de las primeras acusaciones que recibí en el PCU y sus alrededores es ser eurocomunista. Era falso, yo era ortodoxo y alineado con las posiciones pro soviéticas del PCU. Pero viví en Italia en los momentos más altos del apoyo popular al PCI, cuando Enrique Berlinguer esa su secretario general. Cuando este murió, lo siguió Alessandro Natta al frente del partido. Después escalón a escalón todo se precipitó. Hoy en Italia es difícil encontrar rastros de esa enorme área social, política, cultural e ideológica que representó un tercio del electorado italiano.

Hoy la peor derrota de la política italiana y sobre todo la izquierda es que más del 45% del electorado reiteradamente no ha participado en las elecciones ni en los referéndum. Es por lejos y desde hace años el principal partido de la península, los que se abstienen y se alejaron de la política. El voto no es obligatorio, pero siempre fue alto el porcentaje de votantes.

En marzo del año que viene hay elecciones generales para elegir diputados, senadores y el presidente del Consejo de Ministros. En una nueva fiebre idiomática anglófila lo llaman el "premier", así como la ley de reformas laborales se llama la "Jobs act"...(¿) En realidad está bien elegido, porque es una ley que ni siquiera Berlusconi se animó a aprobarla y lo hizo el gobierno del PD (Partido Democrático) con el Premier Mateo Renzi que se define de centro izquierda y que de hecho se presenta como la continuidad en un nuevo momento de los dos grandes partidos de la historia de la post guerra, demócrata cristianos y comunistas.

Cuáles serán las reglas electorales nadie las sabe todavía, porque se está armando una insólita coalición entre el PD, Forza Italia (Berlusconi) la Lega (los que proponen la fractura de Italia, entre la "Padanía" la zona rica, del resto de Itali). Ya he perdido la cuenta de las reformas de las leyes electorales.

Las diversas encuestas dan resultados similares, primer partido en expectativa de votos, Movimiento 5 Estrellas (del cómico Beppe Grillo) con el 25% de intención de voto, cerca lo sigue el PD, luego la Lega Nord y Berlusconi con el 15% aproximadamente cada uno. Siguen un gran número de grupos y partidos en permanente fundación y refundación. Lo que nadie puede asegurar es que en la próxima legislatura haya parlamentarios de grupos definidamente de izquierda. Un cambio histórico y profundamente cultural. Un país sin izquierdas.

Luego de 8 años de caída y paralización del PBI, este año están festejando un crecimiento del 1.5%, con 4.700.000 italianos en la pobreza, con una caída del salario del 16% en estos mismos años. La ocupación creció tímidamente pero no modifica que tanto la pobreza como la desocupación se concentran entre los jóvenes, las mujeres y en el sur. Hay tantas reivindicaciones, tensiones sociales, tantas frustraciones, pero no tienen expresión política. Solo la abstención y el alejamiento de la política.

Una señal de la crisis de expectativas y de las frustraciones es el crecimiento del 700% de la cifra anual que juega cada uno de los italianos, sobre todo en las máquinas slots y eso en solo 8 años.

Hay diversas iniciativas y proyectos para fundar nuevas fuerzas de izquierda, incluso con fracturas importantes del Partido Democrático, las fugas y divisiones de cantidad de legisladores nacionales y regionales se ha hecho corriente. Veremos en que termina y cuáles son las propuestas, pero si no incluyen un análisis de fondo y muy crítico y autocrítico de las causas de la crisis de la izquierda, creo que tendrán poca audiencia y menor futuro.
No se llegó a esto con solo un gran salto en el vació, sino paso a paso, con un hilo conductor, la izquierda fue abandonando paulatinamente, alianza tras alianza, medida de gobierno tras medida de gobierno sus rasgos básicos como fuerzas de izquierda y no me refiero solo al viejo mundo comunista, socialista, sino también a una parte importante del mundo católico.

El Papa Francisco es aquí una referencia "radical" para muchos, sobre temas sociales, sobre los refugiados, sobre la deshumanización de las relaciones nacionales e internacionales.

También la corrupción hizo mella en las fuerzas de izquierda, los escándalos en el gobierno de Roma, fueron determinantes para que Virginia Raggi ocupara la alcaldía de la capital desde el 22 de junio del 2016. Nunca antes he visto un fracaso tan grande y en tan poco tiempo, Roma está más sucia y paralizada que luego de las invasiones bárbaras.

El alcalde anterior Ignazio Marino, del Partido Demócrata fue investido por una serie de escándalos de corrupción incluyendo el uso de una tarjeta de crédito de la alcaldía y esos hechos fueron fundamentales para el triunfo de la alcaldesa del Movimiento 5 Estrellas. Un desastre comprobable todos los días.

Gritar a los cuatro vientos que se es de izquierda o de centro izquierda no asegura nada, hay que demostrarlo en las ideas, en los resultados, en las elaboraciones ideológicas, diversas pero inspiradas en los grandes valores de la izquierda.

Entre las más lúcidas definiciones sobre la identidad de la izquierda y sus diferencias con la derecha fueron escritas por Vittorio Foa y de Norberto Bobbio. Leerlas refuerza la idea de la gravedad de la crisis política y cultural de la Italia actual y no solo de la izquierda.

Cuando la política repele a esa enorme cantidad de ciudadanos, la crisis no es solo de la política institucional, sino de la cultura, de la densidad y sensibilidad cultural de una sociedad. En Italia se nota todos los días leyendo la prensa, mirando la televisión, conversando con la gente. Hay una enorme zanja entre una parte, mayoritaria de la sociedad y los partidos y las instituciones, sufre la política más que vivirla.

Es precisamente sobre este aspecto de la crisis de la política que deberíamos concentrarnos también en Uruguay. ¿Ha crecido el número de ciudadanos que se sienten cada día más lejos de la política y de los partidos?

Por allí comienza la derrota cultura de la izquierda, porque esa crisis, esa fractura no afecta a todos por igual, incide en primer lugar en las fuerzas del cambio. Aquí en Italia, la mayoría de los que dejaron de votar, por su distribución social, territorial, por edades son potencialmente integrantes del mundo de la izquierda, pero incluso ese es un aspecto secundario, lo que vale es el debilitamiento en el conjunto de la sociedad del valor de las causas colectivas, de los valores de participación, de compromiso civil y democrático, de la política como valor civilizatorio. La crisis no es solo descontento, es un lento y persistente abandono de la política como un tema de interés para la vida concreta y trascendente de la gente, de una gran parte de los ciudadanos. Es fue el comienzo de este oscuro camino que está recorriendo Italia.

"El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos." Decía Antonio Gramsci, que aquí parece ser un vago recuerdo.

Los monstruos ya surgieron y gobernaron 20 años, como Silvio Berlusconi que ahora luego de varios procesos judiciales, escándalos de todo tipo y muchos, muchos años, vuelve a la carga. Aunque usted no lo crea. Es un síntoma de la profundidad y gravedad de la crisis de la política italiana y sobre todo de la izquierda.
De analizar todo este panorama, su relación con el resto de Europa, la crisis terminal de los Partidos Comunistas y a otro nivel, de la izquierda en este continente, podemos sacar muchas lecciones también en Uruguay. ¿Acaso hemos dejado de ser internacionalistas?

Esto está sucediendo en la Italia de los partisanos, de la Resistencia de muchos partidos italianos al fascismo, de los grandes aportes culturales y artísticos a las ideas avanzadas y de izquierda. Y como es natural, ya hace tiempo que se ha comenzado a ocultar o reescribir la historia.