Contenido creado por Gerardo Carrasco
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España, Cataluña y Uruguay

España, Cataluña y Uruguay

Para los latinoamericanos es difícil entender los procesos de división en Europa. Básicamente, tenemos realidades nacionales sin mayores tensiones y tentaciones de división.

03.10.2017

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2017-10-03T10:57:00-03:00
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Este fin de semana, todos asistimos a una ducha helada de represión de la policía y la Guardia Civil española en Cataluña contra cientos de miles de ciudadanos que querían votar. Ya ese hecho impacta de manera muy directa en la sensibilidad de la mayoría del mundo. Lo repudiamos, por la brutalidad, por los cientos de heridos, por el empleo de la violencia para frenar procesos políticos y el pronunciamiento de la gente. Comencemos por donde más nos duele y por lo que vimos y nos indigna.

Luego analicemos todo el panorama, o tratemos de hacerlo, sabiendo que partimos de posiciones y definiciones individuales o colectivas y que no hay, ni puede haber "objetividades". Si se puede decir que ayer los independentistas catalanes ganaron una batalla importante ante sus ciudadanos y ante el mundo reforzaron sus posiciones. Gracias a Mariano Rajoy y su brutalidad política y policial el porcentaje de ciudadanos catalanes que apoya hoy la independencia ha crecido de manera significativa.

Es un choque de muy difícil solución. Por un lado un presidente del gobierno, Rajoy que tiene menos cintura que un pollo, tiene vocaciones represivas innegables pero en un solo sentido, no movió a ningún policía para dispersar la concentración fascista-franquista en Madrid cantando "de cara al sol" y envió un enorme contingente de policías y guardias a Cataluña y con órdenes operativas bien concretas y terminantes que todos pudimos apreciar. Parar el referéndum a como dé lugar. A pura violencia y, no lo lograron.

Del otro lado un creciente radicalismo independentista, encabezado por el propio gobierno de la Generalitat, Carles Puigdemont i Casamajó que quiere imponer más allá de las normas constitucionales españolas, de las que hasta ahora forma parte Cataluña, un proceso de total independencia y ruptura con el estado y la monarquía española.

Es una historia de larga data, que incluso tuvo puntos muy altos durante la guerra civil española, tiene además referencias históricas muy antiguas, desde la conquista romana, la unión con el reino de Aragón y su extensión por Italia del sur e insular, hasta nuestros días. En esta página de Internet se puede seguir a través del uso de las diversas lenguas, la situación desde el año 1000 en la península ibérica. La lengua catalana es una fuerte identidad cultural desde hace un milenio.

Hace no más de 10 años el independentismo tenía la adhesión no de no más de un cuarto de los ciudadanos catalanes. Según el censo del 2016 viven en Cataluña 7.518.903 personas, no todos catalanes obviamente. Hay 5.500.000 ciudadanos inscriptos para votar. Los resultados completos del referéndum del pasado 1 de octubre fueron: 2.262.424 el total de votos emitidos. Sí: 2.020.144 (90,09%). No: 176.565 (7,87%). Blanco: 45.586 (2,03%). Nulo: 20.129 (0,89%). Votaron aproximadamente el 40% de los inscriptos. En las complejas condiciones de este referéndum.

Resumir las tensiones, tratativas, recursos constitucionales y de inconstitucional interpuestos por los gobiernos de Madrid y las iniciativas de los diversos gobiernos de Cataluña, la Generalitat sería imposible en una columna.

Lo cierto es que todo se precipitó luego de la crisis del 2008, de los escándalos de corrupción que golpearon tanto al partido del PP (Mariano Rajoy) como del catalán del partido nacionalista CiU, de Jordi Pujol. Las recriminaciones sobre la distribución de los recursos fiscales, es uno de los temas más importantes, aunque se lo cubra muchas veces de inflamadas proclamas nacionalistas o de integridad del estado español. Lo cierto es que Cataluña genera el 19% del PBI de toda España. Mientras el PBI por habitante de toda España en el 2016, fue de 23.970 euros, la de Cataluña fue de 28.590. La comunidad de Madrid que tiene prácticamente el mismo PBI total que Cataluña, encabeza la lista con un PBI por habitante de 32.723 euros.

La población total de España es de 46:774 590 habitantes mientras que Cataluña tiene, según el censo del 2016, 7.518 903 lo que representa el 16,08 % del total de la población.

La independencia de Cataluña, su transformación en una república, sería - como cualquiera comprende- un duro golpe para el estado y el reino de España, y abriría otros procesos latentes, como la independencia del País Vasco, cuando hace muy pocos años terminó la violencia y el terrorismo.

La posición de la Unión Europea tiene un peso muy importante en este momento. ¿Reconocería un estado catalán independiente? Más allá de la hipocresía de la UE y de los Estados Unidos que pusieron sus ejércitos y toda su acción para dividir en mil pedazos la antigua Yugoslavia, o Checoslovaquia o lo que quedara al este del río Oder, la Unión Europea está en una situación muy difícil, porque le comenzarán a crecer los enanos en varios países, en Gran Bretaña, en Italia, en Bélgica y quien sabe en cuáles rincones de su historia brotarían nuevas tendencias independentistas.

Para los latinoamericanos es difícil entender los procesos de división en Europa. Básicamente, tenemos realidades nacionales sin mayores tensiones y tentaciones de división, pero por un momento imaginemos que Maldonado, el departamento más rico del interior uruguayo propusiera separarse del Uruguay ¿Quiénes deben decidirlo, los inscriptos en el registro electoral de ese departamento, todos sus habitantes mayores de edad o todos los uruguayos? Yo no tendría ninguna duda, se debe resolver de acuerdo a la Constitución Nacional por todos los uruguayos.

Más allá de la brutalidad de Rajoy, su falta de habilidad política, su pobreza reiterativa de argumentos, su falta de sensibilidad humana que lo transforma todo en la gestión de una empresa, lo cierto es que España es un país, una entidad nacional con varias autonomías y que su destino, y la presencia de Cataluña o de cualquier otra autonomía debe ser resuelta de acuerdo a su Constitución, sus leyes y por todos sus habitantes. Después de la represión cuesta decir esto y estoy seguro que las heridas que ha dejado en la sociedad catalana, hacen mucho más difícil encontrar soluciones negociadas y de común acuerdo. Lo que buscaba el nacionalismo catalán más radical han logrado un gran triunfo con la ayuda invalorable del gobierno de Madrid.