Contenido creado por Julia Peraza
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Compañero o cómplice

Compañero o cómplice

La palabra compañero, aunque es utilizada en otros ámbitos, es sin duda un punto de referencia en la izquierda de todo el mundo. Incluso la palabra "camaradas" en algunos países es utilizada exclusivamente por la derecha más reaccionaria (en Italia por el fascismo), por lo tanto si hubiera que elegir un término clave en la definición de la izquierda, compañero ocuparía el primer lugar.

22.08.2017

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2017-08-22T05:00:00-03:00
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Surge no solo de compartir la misma organización política, incluso dentro de la izquierda se ha extendido a organizaciones varias de la izquierda o de las varias izquierdas. Una de las películas más maravillosas del neorrealismo italiano es "Los Compañeros" de Mario Monicelli. Fue y sigue siendo un aporte fundamental a la épica de las izquierdas, no en actos ampulosos, sino en la dura vida de la lucha y sus pequeños gestos vitales.

Compañeros son también los militantes de los gremios, de las asociaciones estudiantiles y otras instituciones donde se comparten cosas importantes. Se ha extendido tanto que, en Uruguay, en casi todos los partidos substituyó a la palabra "correligionario" y se ha instalado muy oronda. Porque es una palabra noble.

Es una maravillosa palabra, porque es un maravilloso concepto, el de compartir. En una de las definiciones de la Real Academia dice: 4. m. y f. Persona que tiene o corre una misma suerte o fortuna con otra. Y allí está la clave, la izquierda siempre se propuso objetivos, viajes azarosos y llenos de peligros, enfrentando duros enemigos y adversarios y por lo tanto correr la misma suerte es la expresión de solidaridad, de compartir una parte fundamental de la vida y de la lucha y sobre todo sus peligros.

Durante la dictadura, escuchar la palabra compañero era un bálsamo, un impulso, una bocanada de esperanza y de apoyo. En cualquier rincón del planeta, en cualquier hueco de la oscuridad de la tiranía. Ser compañero era estar del otro lado de los torturadores, de los desaparecedores, de los asesinos, de los secuestradores, de los represores feroces.

Por los compañeros y las compañeras se sufrieron los peores tormentos y se padecieron los miedos más terribles. Es cierto que nos movían a todos los ideales, los proyectos históricos, pero tenían formas humanas, tanto los heroísmos como las traiciones y esos rostros eran de compañeros.

Explicar el significado del término es superfluo para cualquiera que haya militado en alguna instancia de su vida. Compañero define un vínculo fuerte y de compromisos muy estrechos, incluso más allá de conocerse a fondo. Los compañeros eran toda una definición.

Últimamente, incluso ese concepto se ha comenzado a manosear, a arrastrar por ciertos lodos. De un concepto que volaba alto en nuestros valores, se lo hizo planear tan bajo que a veces repta. Muy simple: es porque no es un compañero.

Cuando en la izquierda se instala como método la maniobra artera, las filtraciones a la prensa de los adversarios o directamente a los adversarios políticos, cuando por encima de todo se coloca el poder y sus privilegios, no sus obligaciones políticas, morales e ideológicas, aún en las mayores diferencias, que todos sabemos que existen en la izquierda, pero igual se utiliza el concepto de compañero, se lo está enlodando y traicionando.

A un compañero con todas las letras, cuando le pregunté por qué seguía cargando con culpas que no eran de él, al menos en sus aspectos más profundos, me dio una respuesta demoledora: No quiero parecerme a algunos, ni siquiera al precio de cargar con responsabilidades que no tengo.

Cuando lo primero que se hace para enfrentar responsabilidades, culpas, o errores es atacar, culpar a otros integrantes de la misma fuerza política, a gente de izquierda, se niega, se liquida el concepto de compañeros. Y en los últimos años nos cansamos de ver, y en cierta manera de aceptar o convivir con ese tipo de comportamientos. ¿Hace falta recordarlos?

Cuando se intenta desacreditar un organismo porque sus resoluciones no le son favorables, un organismo al que concurrió por su propia iniciativa, llegando a poner en duda la honorabilidad de su presidente y por esa vía a todo el Tribunal. ¿Eso es de compañeros?

¿Esos comportamientos merecen que algunas fuerzas políticas afirmen que ellos siempre le dan una cuota de crédito a los compañeros? ¿Hasta adonde se ha estirado el concepto de compañero?

La izquierda en el mundo y en particular en este sufrido continente tuvo diversos paradigmas, referentes políticos y humanos, una épica particular de la que nos sentíamos orgullosos, aunque siempre estábamos en medio del debate e incluso de la polémica más dura entre nosotros.

Lo que compruebo en estos años de empobrecimiento terrible de la épica, de la ideología y de la política de la izquierda es que para algunos hemos pasado del paradigma de la revolución a la complicidad de ciertas actitudes, con la única condición que nos cuiden, nos protejan un lugarcito al sol del poder.

Es la ideología del dinero como suprema arma revolucionaria, del dinero repartido a manos llenas y de las más diversas formas. Eso no tiene nada que ver con el compañerismo, esa ideología no busca compañeros, busca cómplices.