Contenido creado por Gerardo Carrasco
Tecnología

Un mundo pequeño

La vida y la muerte de un neutrón, menos misteriosa gracias a supercomputadoras

Ordenadores de gran capacidad permitieron analizar la actividad intraatómica y hacer cálculos de una precisión inédita.

31.05.2018 14:31

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2018-05-31T14:31:00-03:00
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Un equipo de científicos ha empleado algunos de los mayores superordenadores del mundo para calcular con precisión sin precedentes una propiedad fundamental de los protones y los neutrones conocida como acoplamiento axial, según un estudio que publica hoy Nature.

El resultado del cálculo determina la fuerza de la interacción que desencadena el decaimiento (desintegración) de los neutrones en protones y puede usarse, además, para predecir de una manera más precisa cuánto tiempo se espera que viva un neutrón.

"El hecho de que los neutrones decaigan en protones es un hecho muy muy importante en el Universo", señala, "básicamente, cómo el núcleo de un átomo -hecho de protones y neutrones- fue creado tras el Big Bang", indicó uno de los autores del estudio Enrico Rinaldi, del estadounidense Laboratorio Nacional de Brookhaven.

El cálculo del equipo (g_A = 1.271 +- 0.013) es de una "precisión revolucionaria" y los métodos usados en esos cálculos podrían permitir que los campos que implican la física nuclear, como la energía nuclear o la investigación de detección de armas nucleares, sean más cuantificables.

Esas áreas de la investigación se apoyan, actualmente, en modelos cualitativos que se basan en supuestos no probados, pero el nuevo cálculo muestra que algún día pueden ser posibles predicciones aún más precisas.

Este cálculo representa un "punto de inflexión para la física nuclear", indicó la autora principal del estudio, Amy Nicholson, de la Escuela universitaria de Chapel Hill (EE.UU).

Para realizar este estudio, los investigadores simularon un universo microscópico y proporcionaron así una ventana al mundo subatómico, para lo que usaron el superordenador Titan del Laboratorio Nacional Oak Ridge y del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (ambos en Estados Unidos).

EFE