Contenido creado por Gerardo Carrasco
Tecnología

Hablando en plata

Cobrar impuestos a los gigantes de Internet: un quebradero de cabeza para los países europeos

Las megaempresas estadounidenses obtienen ganancias en toda Europa y facturan sólo en el país más “blando”: Irlanda.

20.11.2017 08:54

Lectura: 8'

2017-11-20T08:54:00-03:00
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¿Cómo hacer pagar impuestos a gigantes de internet como Google, Apple, Facebook o Amazon? Europa está decidida a batallar pero todavía no definió una estrategia para gravar a las megaempresas estadounidenses que revolucionaron la economía.

Las GAFA, el acrónimo con el que se conoce a estas cuatro compañías tecnológicas, son "pasajeros clandestinos del mundo contemporáneo", estimó recientemente el presidente francés Emmanuel Macron.

La idea de imponerles una contribución justa es un verdadero rompecabezas para los expertos fiscales.

Las reglas impositivas aplicadas actualmente a las empresas están concebidas para la economía tradicional y se basan en el principio de la entidad permanente: sólo pueden ser gravadas las que tengan presencia física en un país, evaluada en función de sus activos (fábricas, maquinaria), del número de empleados y de la facturación.

Las empresas de internet pueden ofrecer servicios en la red estando jurídicamente instaladas en el país de su elección: concretamente, en el Estado que les ofrece las condiciones fiscales más ventajosas.

Facebook, por ejemplo: la empresa de Mark Zuckerberg obtiene sus ganancias gracias a datos recabados en toda Europa (33 millones de usuarios en Francia, 31 millones en Alemania), que luego vende a otras compañías que los usan para promocionar sus productos.

Gracias a los "me gusta" del usuario, se puede por ejemplo saber si prefiere el rugby al fútbol y proponerle entradas para el estadio, pelotas y camisetas de su deporte favorito. Y Facebook puede vender los datos a filiales instaladas en otras partes del mundo.

Paraíso irlandés

En ese caso, mientras que las ganancias declaradas en publicidad fueron mínimas en Alemania o Francia, se elevaron en 2015 a 7.900 millones de euros en Irlanda, donde Facebook posee muchos menos usuarios (2,5 millones) que en esos dos países.

De esa forma, los gigantes de Silicon Valley instalan sus sedes en países como Irlanda cuya fiscalidad para las empresas es la más liviana de Europa (12,5%) y declaran allí todas las ganancias realizadas en los otros países del bloque.

En el caso de Google ocurre algo parecido: en Alemania tiene más de 71 millones de usuarios, en Francia un poco más de 55 millones, dos países donde las ganancias declaradas en publicidad son mínimas. En Irlanda, en cambio, donde tiene apenas 5 millones de usuarios, sus ganancias totalizaron 22.600 millones de euros en 2015.

Según un estudio sobre Google y Facebook publicado este año por el eurodiputado socialdemócrata Paul Tang, especialista en cuestiones fiscales, entre 2013 y 2015 Alemania habría perdido 889 millones de euros en ingresos fiscales y Francia 741 millones.

Además de Facebook y Google, Apple también se instaló en Irlanda, mientras que Amazon optó por Luxemburgo.

Imponer transparencia

"Es muy difícil evaluar las pérdidas fiscales, dado que primero tiene que existir transparencia. Actualmente se desconoce cuál es la actividad real de cada empresa, incluyendo los gigantes de internet, en los países donde están presentes", explica Manon Aubry, portavoz de la oenegé Oxfam.

"Fuera de la cantidad de usuarios en cada país, habría que conocer, en el caso de Google por ejemplo, el volumen de ventas en publicidad en cada país. Y eso se desconoce. En el caso de Uber, habría que saber la cantidad de viajes, y tampoco se dispone de ese dato", señala Aubry.

"Uno de los primeros desafíos, es por lo tanto el de la transparencia: imponer a las grandes empresas la obligación de publicar informaciones sobre sus actividades y los impuestos que pagan en cada país donde están presentes", alega el vocero de Oxfam.

Según la Comisión Europea, la tasa de imposición efectiva sobre el beneficio de los gigantes digitales en la UE es en promedio de sólo 9%, mientras que la de las empresas tradicionales supera el 20%.

En cuanto a Apple, la Comisión Europea evaluó hace poco más de un año en 13.000 millones de euros los impuestos adeudados, por considerar que el gigante estadounidense se había beneficiado de "ventajas fiscales" indebidas por parte de Dublín a cambio de su implantación en Irlanda, que aportó además miles de empleos a ese país.

A fines de agosto de 2016, la Comisión Europea reclamó a la empresa de la manzana reembolsar el monto, una decisión apelada por Irlanda y por Apple.

Para Bruselas, el trato de favoritismo dispensado a Apple por Dublín le permitió sacar ventaja de una tasa impositiva efectiva sobre las empresas de 1% sobre sus beneficios europeos en 2003 -un índice que disminuyó a 0,005 % en 2014-, es decir mucho menos que el 12,5% normalmente vigente en Irlanda, que ya era la más baja de Europa.

Posibles soluciones

Ante esa situación, se están estudiando varias soluciones.

Francia propone gravar la facturación en cada país europeo en lugar de hacerlo sobre la ganancia, actualmente concentrada en los países de bajos impuestos. Es la idea defendida por el presidente Emmanuel Macron, que hizo de la fiscalidad de los gigantes de internet uno de sus caballos de batalla.

La propuesta, presentada a fines de septiembre por el ministro francés de Finanzas Bruno Le Maire a sus pares europeos en Tallin (Estonia), recibió según el gobierno francés el respaldo de una veintena de países, entre ellos Alemania, Italia y España.

Otros Estados como Chipre, Malta, Irlanda o Luxemburgo, que se benefician de la competencia fiscal en la Unión Europea, se oponen.

Algunos países prefieren que el tema se resuelva a nivel internacional, en el seno del G20 o de la OCDE para evitar que países exteriores a la UE se aprovechen de la bonanza que representan los gigantes de internet en términos fiscales.

Para hacer adoptar una nueva legislación fiscal europea se necesita la unanimidad de los 28 miembros.

Alentada por la iniciativa francesa, la Comisión Europea anunció a fines de septiembre su intención de presentar sus propias propuestas en 2018.

En lo ideal, sostiene, se necesitaría una profunda reforma de las reglas fiscales internacionales para establecer un vínculo más estrecho entre la forma en que se genera un valor y el lugar donde se impone el gravamen.

Sin descartar la propuesta francesa, prefiere desempolvar un proyecto de 2011 -bloqueado durante mucho tiempo por desacuerdos entre los 28- que volvió a presentar en octubre de 2016: establecer una base imponible común y consolidada del impuesto sobre sociedades (BICCIS por sus siglas en español).

El proyecto de ley está siendo examinado por los 28 Estados miembros de la UE.

Problema mundial

¿En qué consiste el BICCIS?

Para todas las multinacionales que tengan una actividad en la UE y cuyo volumen de negocios total consolidado supere los 750 millones de euros, habría un solo lugar de imposición, un solo contacto con una administración fiscal.

Sin embargo, ese impuesto se repartiría en todos los países donde la empresa ejerciera una actividad, en función del nivel de esa actividad y no de los resultados de la filiales en cada uno de los Estados.

El nivel de actividad en cada Estado miembro se mide a través de una combinación de tres parámetros: la cantidad de personal de la filial, los activos tangibles (inmuebles, maquinaria, etc.) y las ventas.

A esos tres criterios, el eurodiputado Alain Lamassoure (derecha), que presentó el proyecto BICCIS junto a Tang, propone agregar un cuarto: el volumen de datos personales recabados y explotados en los lugares en que se presten los servicios de las empresas.

Fuera de esas pistas europeas, la OCDE examina una solución a nivel mundial, que presentará a los ministros de finanzas del G20 en su próxima reunión de abril en Washington. La iniciativa tendría el mérito de integrar tanto a Europa como a Estados Unidos, Japón y los países emergentes.

En octubre pasado, Estados Unidos -que hasta el momento ha demorado la búsqueda de una solución para gravar a sus exitosos gigantes- aceptó dar un paso. Propuso crear un grupo de trabajo junto a Francia en el seno de la OCDE.

"Los estadounidenses se encuentran en la misma situación que nosotros: su propia fiscalidad no está adaptada a esta economía y ellos también sufren pérdidas de ingresos fiscales muy sustanciales, que deben ser compensadas", destacó el 13 de octubre el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, de la fiscalidad y la Unión aduanera, Pierre Moscovici.

"La fiscalidad de los gigantes de internet es un problema mundial -recordó- y la mejor respuesta debe ser también mundial".

 

AFP